ME MANOSEARON HASTA EL ALMA – Cortometraje / Collage

Por: @fabce92

Hola queridas y queridos seguidores de Desorbitados. Esta noche (8:46 p.m. Col) quiero aprovechar este espacio para compartir con ustedes el cortometraje “Me manosearon hasta el alma”. Se trata de un trabajo audiovisual que nace de la situación que vivimos en Colombia actualmente; del dolor, la angustia, la impotencia, la digna rabia y demás sentimientos que se conjugan en un momento tan complejo; un momento que se presenta como el rebose de una larga historia de violencia aún más compleja. En este 2021 llevamos más de 30 de días en Paro Nacional en Colombia, ¿los motivos?: reformas ligadas a una profunda desigualdad política, económica, social, cultural, etc., en la que no caben los sueños de la juventud.

En estos más de 30 días de paro, las expresiones artísticas se realizan desde muchos lugares del territorio nacional. “Me manosearon hasta el alma” es una de esas expresiones. Este trabajo audiovisual nace como ejercicio de creación artística y memoria en el marco de este paro. «Me manosearon hasta el alma» fue la frase que la joven Alison Meléndez escribió en su Facebook horas antes de suicidarse, tras un hecho de brutalidad policial en el que la violentaron de forma inconcebible. Me manosearon hasta el alma es un eco que se conecta a las más de 70 vidas que se han perdido en este paro; vidas que nos han quitado brutalmente.

Colombia tiene una larga y particular historia de violencia. En su literatura, sus canciones, sus películas, sus series, sus pinturas… esta historia se cuenta hasta el hartazgo. “¿No habrá manera de que Colombia en vez de matar a sus hijos los haga dignos de vivir?”.  Fue una pregunta que hizo el escritor colombiano Gonzalo Arango en su escrito Elegía a Desquite. Este escrito registra con publicación en 1993 y hoy, la pregunta más contundente del mismo, se repite como un eco que no cesa. ¿Hasta cuándo? Ojalá algún día podamos leerla sin tenerla tan viva.

Quiero agradecer a @alicelidell22 por acompañarme en este ejercicio con su voz y parte de su poema: Otra misma patria.

En memoria a todas las víctimas que ha dejado la violencia política y el abuso de la fuerza «pública» en Colombia.

¡SIN OLVIDO!

¡ARTE PARA REEXISTIR! ¡MEMORIA PARA NO OLVIDAR!

Arte y producción Fabián Bonilla – @fabce92 (IG)

Voz: Catalina Cortés – alicelidell22 (IG)

Fragmentos recopilados de los poemas y títulos de libros:

Periódico viejo y Platea, por: Mery Yolanda Sánchez

La Patria, por: María Mercedes Carranza

Otra misma patria, por: Catalina Cortés

Elegía a Desquite, por Gonzalo Arango

Ahí le dejo esos fierros, Por: Alfredo Molano Bravo

No nacimos pa’ semilla, por; Alfonso Salazar

Grabado en Bogotá

2021

Manos unidas

Una mano
más una mano
no son dos manos;
Son manos unidas.
Une tu mano
a nuestras manos
para que el mundo no esté
en pocas manos
sino en todas las manos.

Gonzalo Arango (Colombia) 

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Fotografía: Martine Franck (Bélgica)

«La mujer no es la sombra del hombre»

Evelina Oliveira

Ilustración por: Evelina Oliveira

El feminicidio de las chicas argentinas en Montañita-Ecuador, es un precedente más sobre el cual es pertinente insistir en la fuerte necesidad de no ser cómplices de la violencia de género. Desorbitados insiste en aquella necesidad con las palabras del poeta colombiano Gonzalo Arango, quien en su poema “La nueva Eva” expresa:

(…) ¿Quién teme a las mujeres libres? Únicamente sus opresores: sus eternos verdugos.

Una mujer esclavizada no es una mentira con los ojos azules, es una mentira ciega. En cambio una mujer libre, lúcida, será siempre una verdad viva. La mujer sometida por la fuerza, la ignorancia, la inactividad, el servilismo doméstico, vive bordeando los abismos de la prostitución, degradada en su ser moral. Una tal existencia es un fracaso de la especie, inútil a la humanidad, a la vida, a ella misma.

La mujer no es admirable por el sexo, sino por lo que es; en el sexo empieza el interés pero ahí no radica lo interesante. En cierto sentido lo sexual es el telón tras el cual está oculto lo esencial, el drama entre dos cuyo fin es el destino. El papel del sexo en el drama del amor es una clave para despertar los sueños, abrir el sésamo de las almas, revelar los tesoros de ternura, inteligencia y afectividad de los amantes. Tendrá que ser un dialogo del hombre y la mujer, no un monologo egoísta del hombre en que este decreta las leyes del juego según su interés, incluso cargando los dados.

La mujer no es la sombra del hombre, ella es también soledad y destino, y si está a nuestro lado no es para usarla como objeto, sino para compartir el día y la noche; el pan y las estrellas. La cautividad de la mujer, su arbitraria inferioridad, en vez de fundar la armonía de la pareja, la rompe. Esa distancia que los separa, procede de un atavismo, un complejo machista de dominio que tiene que ser superado por la cultura.

¿Qué deleite puede extraer un hombre de esclavizar lo que ama, de amar lo inferior? Yo creo que el verdadero amor, siempre está dirigido a lo más alto, lo más digno, lo más libre. Porque el que humilla aquello que ama, se humilla a sí mismo y cada uno encontrará en el otro su propia destrucción.