8 de marzo: bajo un cielo de fuego


Publicación por: Fabián Bonilla Patiño


“Soy mujer. Y un entrañable calor me abriga cuando el mundo me golpea. Es el calor de las otras mujeres, de aquellas que hicieron de la vida este rincón sensible, luchador, de piel suave y tierno corazón guerrero”.

[Alejandra Pizarnik]

Para el calendario occidental el 8 de marzo comprende un día cuyo título central es “Día de la mujer”. El significado de esta fecha tiene, por lo menos, tres representaciones en disputa:

(i) La más hegemónica, por su propaganda consumista, es patrocinada por varias industrias y empresas que se han encargado de promover el 8 de marzo como una celebración por medio de la producción masiva de de regalos, flores, tarjetas y un sinfín de productos y publicidad para elogiar a la mujer sin contemplar, en lo absoluto, su papel político en los orígenes de esta fecha.

Popularmente este día, contemplado de tal manera, significa un reencuentro familiar, un día de reconocimiento que, infortunadamente, ha llegado a ser uno más en el calendario del común, si se tiene en cuenta que entre las mujeres halagadas cada 8 de marzo, se encuentran aquellas que después de la celebración siguen siendo violentadas, agredidas, esclavizadas, explotadas, subvaloradas, etc.[1]

(ii) Una menos popular pero ampliamente difundida, después de mediados del siglo XX y lo que va del XXI, remite a 1857 en Nueva York, cuando un grupo de mujeres huelguistas (129 aparentemente) fueron incineradas en una fábrica textil por parte de sus patrones.

Lo curioso de esta representación es que sobre ella se sostienen versiones que la ubican en el siglo XIX (1857) y el siglo XX (1910-1911), pues según Gianotti (2004) hubo una confusión entre la publicación de las fechas y sus orígenes contemplan “probablemente”:

(…) Dos huelgas ocurridas en la misma ciudad de Nueva York, pero en otra época. La primera fue una larga huelga real, de modistas, que duró del 22 de noviembre de 1909 a 15 de febrero de 1910.

La segunda (…) otra huelga [que] ocurrió en la misma ciudad en 1911. En esa huelga, de 29 de marzo, fue registrada la muerte, durante un incendio, causado por la falta de seguridad en las pésimas instalaciones de una fábrica textil, de 146 personas, la mayoría mujeres inmigrantes judías e italianas. (p.4)

(iii) Ligada a la anterior, la representación que ubico en tercer lugar, comprende un ambiente político de disputas ideológicas y políticas que no se limitan únicamente a 1857, por cuanto problematizan el origen del 8 de Marzo a raíz del aparente incendio en Estados Unidos, para recordar “(…) las gestas más emblemáticas protagonizadas a inicios del siglo XX, por una generación de mujeres que bajo la égida de los socialismos, anarquismos y sufragismos, reclamaron derechos sociales y políticos en escenarios marcados por guerras y revoluciones” (Portugal A, s.f.).

Con estas tres representaciones tenemos un 8 de marzo cargado de momentos históricos cuyas interpretaciones agrupan un entramado de eventos que al ser deshilvanados en el estudio historiográfico, conducen a ampliar las lecturas para no quedarse con únicas interpretaciones; sino comprender el origen de esta fecha a partir de debates, disputas, conferencias, huelgas; encuentros y desencuentros ideológicos y políticos, etc.

A la luz de nuestros días es importante comprender el origen del 8 de marzo, no sólo por su significado simbólico, sino político, ya que en medio de las gestas que se desarrollaron a lo largo del siglo XX en torno al emblemático día, hoy las mujeres cuentan con logros imprescindibles en las luchas por sus derechos en diferentes esferas.

(…) es un día de recuerdo y de reconocimiento al legado de coraje, sabiduría e independencia que nos entregaron nuestras pioneras. Tenemos la responsabilidad de transmitir esta herencia a las nuevas generaciones de mujeres [y hombres] para decirles que los derechos de los que [hoy gozan las mujeres], fueron ganados duramente a costa de sacrificios, dolor y ostracismo por esas valientes mujeres que se enfrentaron a la incomprensión, el autoritarismo y la maledicencia de la sociedad de su tiempo (Portugal A., s.f.).

Es un día que, además de contemplar eventos políticos de gran valor, contempla, igualmente, la resignificación que con el pasar de los años vienen tomando las mujeres en la historia, el arte, la música, el cine y demás expresiones como la literatura con la cual Desorbitados invita, junto a la información aportada anteriormente, a escuchar la resonancia de lo que yo llamo un cielo de fuego: un cielo donde crepitan las voces de muchas mujeres quienes a través de su labor creadora, han dado un salto más allá de la sumisión y, gracias al legado de las pioneras y personajes que no se ubican únicamente en el siglo XX, han desencadenado sus pensamientos para hacerlos memoria escrita desde la soledad, el placer, la lucha, la denuncia, etcétera.

¡Conmemoremos esta fecha con memoria y poesía!

Evelina Oliveira - 40 - 2.jpg

Ilustración por Evelina Oliveira.

 

No me digas que las mujeres

no están hechas de la madera de los héroes,

yo toda sola cabalgué sobre vientos

a la Mar del Este durante 300.000 millas.

 

Mis pensamientos poéticos entonces se extendieron,

como una vela entre el océano y el cielo.

Soñé tus tres islas, todas gemas,

todas resplandecientes con la luz de la luna.

 

Me entristezco al pensar en los camellos de bronce,

guardianes de la China, perdidos en espinas.

Avergonzada, no he hecho nada;

ninguna victoria a mi nombre.

 

Sólo hice sudar a mi caballo de guerra.

Contraída porque mi patria

me hace daño en el corazón. Así que dime;

¿como puedo aprovechar mis días aquí?

¿una invitada disfrutando las brisas de primavera?

 

Qiu Jin (China)

 

 

Más allá del olvido

 Alguna vez de un costado de la luna

verás caer los besos que brillan en mí

las sombras sonreirán altivas

luciendo el secreto que gime vagando

vendrán las hojas impávidas que

algún día fueron lo que mis ojos

vendrán las mustias fragancias que

innatas descendieron del alado son

vendrán las rojas alegrías que

burbujean intensas en el sol que

redondea las armonías equidistantes en

el humo danzante de la pipa de mi amor

 

Alejandra Pizarnik

 

 

De perfil

 Te acercas al espejo y ves la cicatriz abierta como un ojo de perro sobre tu mejilla derecha, por ahí respiran los que te acompañaron, los que salieron en desbandada y te dejaron con la mitad de un adiós en la boca que ya no se quiso abrir. Te dejaron pedazos del vestido que llevaba una niña cuando la violaron tres hombres en la esquina de la alegría, allí donde alguien te dio tu primer beso. Das la vuelta y el espejo te enseña el lapo que quedó en la espalda cuando te colgaron de los pies para que vomitaras tu nacimiento. En adelante, tendrás que usar media máscara para salir a la calle. Tendrás que caminar despacio porque tu pierna derecha cojea y la respiración atropellada en tu cuello será una preocupación más. Ya no te volverán a hablar de la muerte, sabrás de ella por la luz en los ojos quietos de tus amigos. No volverás a contar los silencios porque el dolor te partirá una vez más. Se reirán de ti los que ven medio cuerpo en tu puerta y la justicia te volverá a expulsar porque tu bandera es la camisa manchada que cuelgas en tu ventana. No regresarás al espejo, porque te indica la ruina de tus dieciséis años con el mal y en tu frente las predicciones del hombre que cruza firme en un caballo.

Mery Yolanda Sánchez (Colombia)

 

 Soy vertical

 Mejor querría ser horizontal.

No soy un árbol con raíces hondas

en tierra, sorbiendo minerales y amor materno,

refloreciendo así de marzo en marzo,

reluciente, ni orgullo de parterre

blanco de admirativos gritos, muy repintado,

y a punto, ignaro, de perder sus pétalos.

Comparado conmigo es inmortal

el árbol, y las flores más audaces:

querría la edad del uno, la temeridad de las otras.

 

Esta noche, en luz infinitésima

de estrellas, árboles y flores

han esparcido su frescura aulente.

Yo entre ellos me paseo, no me ven, cuando duermo

a veces pienso que me les hermano

más que nunca: mi mente descaece.

Resulta más normal, echada. El cielo

y yo trabamos conversación abierta, así seré

más útil cuando por fin me una con la tierra.

Árbol y flor me tocarán, veránme.

 

Sylvia Plath (Estados Unidos)

 

 

Olga Orozco

 Yo, Olga Orozco, desde tu corazón digo a todos que muero.

Amé la soledad, la heroica perduración de toda fe,

el ocio donde crecen animales extraños y plantas fabulosas,

la sombra de un gran tiempo que pasó entre misterios y entre alucinaciones,

y también el pequeño temblor de las bujías en el anochecer.

Mi historia está en mis manos y en las manos con que otros las tatuaron.

De mi estadía quedan las magias y los ritos,

Unas fechas gastadas por el soplo de un despiadado amor,

La humareda distante de la casa donde nunca estuvimos,

Y unos gestos dispersos entre los gestos de otros que no me conocieron.

Lo demás aún se cumple en el olvido,

Aún labra la desdicha en el rostro de aquella que se buscaba en mí

igual que en un espejo de sonrientes praderas,

y a la que tú verás extrañamente ajena:

mi propia aparecida condenada a mi forma de este mundo.

 

Ella hubiera querido guardarme en el desdén o en el orgullo,

en un último instante fulmíneo como un rayo,

no en el tumulto incierto donde alzo todavía la voz ronca y llorada

entre los remolinos de tu corazón.

No. Esta muerte no tiene descanso ni grandeza.

No puedo estar mirándola por primera vez durante tanto tiempo.

Pero debo seguir muriendo hasta tu muerte

porque soy tu testigo ante una ley más honda y más oscura

que los cambiantes sueños, allá, donde escribimos la sentencia:

«Ellos han muerto ya.

Se habían elegido por castigo y perdón, por cielo y por infierno.

Son ahora una mancha de humedad en las paredes del primer aposento».

 

Olga Orozco (Argentina)

 

 

 La amante

 Soy la amante

que estrenas,

la nueva, la eterna,

la de muslos trigueños,

columnas seguras

que se abren perfectamente

para dar paso

a tu mar ancho y espeso.

Soy la de paralelas montañas,

erectas, duras,

por donde han caminado

pájaros heridos de amor.

 

Soy la amante nocturna,

la de noctámbulos besos,

( mis ojos, túneles profundos

donde se pierde la soledad).

 

Soy la de siempre, la eterna,

la que te arranca el hastío

de cada costado,

la que se tiende plácidamente,

la que se para,

la que te sorprende,

la que se quita las vestiduras

y se lava en tu río claro.

Soy la que te crucifica

con mis ojos, con mi lengua,

la que se pierde

en tu mirada lela,

la que infatigable

recorre tu cuerpo,

la que vibra con devoción

en tu silencioso mundo.

Soy ella, la eterna,

la antigua, la nueva,

la de siempre

la que se cierra

la que se abre

la de ambivalentes tardes.

Soy la que renace,

la que se abre

la que se cierra.

Orietta Lozano (Colombia)

 

 

Embriaguez

 En jarros tallados en nácar

apuro un licor ignorado…

Tal vez ni del Rhin en las cavas

pudiera mi sed encontrarlo.

 

Con una embriaguez de rocío,

borracha de incógnitos hálitos,

tabernas de azul diluido

recorro en perpetuos veranos.

 

Cuando las abejas

y las mariposas,

agobiadas, ebrias,

vuelen de las pomas,

aún libaré yo mi vaso

de extraño licor…

Hasta que los ángeles

me agiten su níveo penacho,

y a los ventanales

celestes se asomen los santos

para contemplarme

borracha de azul y de sol.

 

Emili Dickinson (Estados Unidos)

 

 A media voz

la lentitud es belleza
copio estas líneas ajenas
respiro
acepto la luz
bajo el aire ralo de noviembre
bajo la hierba
sin color
bajo el cielo cascado
y gris
acepto el duelo y la fiesta
no he llegado
no llegaré jamás
en el centro de todo
esta el poema intacto
sol ineludible
noche sin volver la cabeza
merodeo su luz
su sombra animal
de palabras
husmeo su esplendor
su huella
sus restos
todo para decir
que alguna vez
estuve atenta
desarmada

sola casi
en la muerte
casi en el fuego

Blanca Varela (Perú)

 

Notas


 [1] Valga aclarar que esta anotación no se hace acá con el fin de satanizar la fecha. Por el contrario, su propósito es denunciar la hipocresía de algunas personas a la hora de acercarse a ésta con supuestos halagos reducidos a un día en el que se regala una flor que se marchita tras la parafernalia que se produce en medio de la celebración.

 

Referencias


 

Portugal Ana María (s.f.) Día internacional de la mujer. Memoria y compromiso:

http://www.memch.cl/Historiadel8demarzo.pdf

Gianotti Vito (2004) El verdadero origen del 8 de marzo, día internacional de la mujer trabajadora.

http://www.apse.or.cr/NUEVA_WEB/Cuerpo/secretarias/8marzo/origen.pdf

La mayoría de los poemas publicados en este artículo, han sido tomados del portal de poesía “A media voz”.

7 pensamientos en “8 de marzo: bajo un cielo de fuego

  1. santavanesa dice:

    algunas poesìas son preciosas y potentes. La primera de la mujer de origen chino me ha gustado mucho. Te invito a q leas uno de mis relatos titulado «Ella soy Yo». Habla sobre la conexión profunda de una mujer con una Deidad femenina, como yo la siento. Un abrazo Desorbitadx. 🙂

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  2. lusalo14 dice:

    Interesante la historia del 8 de marzo… ¡Y bellos poemas! Feliz fin de semana, un abrazo… 🙂

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  3. Lu_Folino dice:

    Mujer

    Herida al corazón.

    Buena noticia.

    Estampa sucedánea.

    Providencia. Paraguas.

    Escollera del sol.

    Oleaje sin remedio.

    Ánfora insigne.

    Prologuista del cuento.

    Antibiótico de almas.

    Floración del otoño.

    Alegoría. Insania.

    Violín de cuerdas rotas.

    Lectora de novela inverosímil.

    Laguna condensada.

    Resaca del borracho.

    Aedo. Antifaz. Hielo.

    Fruición de la elocuencia.

    Molino del Quijote.

    Ventosa. Cataplasma.

    Tauromaquia del lance.

    Chirigota de un dios.

    Hebra del viento.

    Algarrobo.

    Pamplina de canarios.

    Comezón. Urticaria.

    Carrusel.

    Acuarela.

    Ditirambo gozoso.

    Cresta de la explanada.

    Semilla. Pulpa. Fruta.

    Oro. Sepia. Turquesa.

    Vestal desesperada.

    Canción para el domingo.

    Doctrina apostrofada.

    Rincón. Madera. Nervio.

    Zumbona. Paliativo.

    Llanto sin lágrimas.

    Ladrón de guante blanco.

    Cesura huidiza de bohemia canalla.

    Andina criatura.

    Modélica. Retruécano.

    Felina amancebada.

    La novia del diablo.

    La madre acuchillada.

    Fugitiva tormenta.

    Dueña del Hades. Cólera.

    Matorral. Corderita.

    La rosa ensalivada.

    Dique. Alondra. Paisaje.

    Corpiños con encaje.

    Polen de trigo.

    Almendra.

    Savia. Golem. Belleza.

    Antítesis del hambre.

    Paloma amordazada.

    Paradoja. Proeza.

    Algoritmo de nubes.

    Mutual.

    Copa de vino.

    Cristal.

    Piel. Redundancia.

    Con cierto desconcierto.

    Erótica. Selvática.

    Riñones del poeta.

    Mitológico Grifo.

    Telescopio de Marte.

    Tregua. Caos. Ovillo.

    La Maja desnudada.

    Traidora de los presos

    expertos en escapes.

    Hoz. Martillo. Guadaña.

    Suburbio. Mar. Leyenda.

    El empeño de amarte.

    Centinela. Guardiana.

    Morena vehemencia.

    Diluvio. Partitura.

    Afuera/adentro/ al lado.

    Sotana purpurada.

    Testigo. Amor. Intríngulis.

    Sortija. Centinela.

    La tácita nostalgia.

    Almohada de los besos.

    Resorte. Gubia. Cábala.

    Bargueño con herrajes.

    San Telmo. Casablanca.

    Subrepción del gerundio.

    Refutación. Hornalla.

    Madrastra. Cenicienta.

    Dedal de los enanos.

    Incertidumbre. Danza.

    Conjetura del cielo.

    Desvelo. Benjamina.

    Manual de noches largas.

    Adiós. Adioses. Yunque.

    Mareas. Triquiñuela.

    Lucía Folino
    (Pido disculpas por la extensión de mi poema)

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